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Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo
miércoles, 6 de febrero de 2008
Lo obvio imposible
Los políticos que hoy desgobiernan España -dotados de una sorprendente mezcla de ambición y paletismo- me recuerdan a los grandes enigmas que nos arrojan a la confusión más turbia e inquietante: le dejan a uno sin palabras. ¿Sería excesivo pedir políticos que demuestren alguna valía, algún conocimiento, algún vínculo con la alta cultura? ¿Sería excesivo esperar que ofrezcan algún proyecto que no emane de la bilis y la sentimentalidad viciada por la ideología? ¿Sería excesivo albergar la esperanza de una política inteligible e inteligente?
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..."alta cultura"... "política inteligible e inteligente"...
ResponderEliminar...Dios en Su eterna Sabiduria Te oiga...
...lo tremendo del asunto es que esa mezcla de sentimentalismo e ideología ""FUNCIONA""... vaya si funciona...
No conozco a ningún español que se sintiera arrastrado a votar a un candidato que prometiera, en vez de 400 euros, una butaca libre en el Teatro Real; aunque tampoco conozco a ningún español medianamente instruido que sintiera deseos de asistir a ese quasitemplo de la ópera...
ResponderEliminarPor otro lado, casi mejor es que los políticos dejen de lado la "alta cultura" porque me parece que nunca se han llevado bien del todo
Casanueva, estoy de acuerdo en que lo primordial de un político no son sus aficiones artísiticas, pero lo de "alta cultura" (y ya sé que el término suena mal en momentos en los que se intenta eliminar cualquier atisbo de referencia a superioridad o desigualdad)creo que tiene que ver con un marco más amplio, digamos el de toda una visión del mundo. En este sentido, creo que incluso para gestionar eficientemente una sociedad compleja como la española es preciso poseer conocimientos y destrezas que sólo se dan en relación a la tradición cultural europea; lo contrario conduce al caudillaje, el tribalismo o el fanatismo. Lo terrible es que la casta política se halla desvinculado de toda esa serie de contenidos que conformaron aquella cosmovisión ecuménica que hacís de Europa una unidad, más allá de contingencias fronterizas. El gusto por la ópera, o por ciertas obras del siempre incierto canon literario, o por el edificio inmenso de la armonía occidental, no es -si quieres- más que un síntoma, pero inseparable de las causas que provocan la enfermedad política que sufrimos. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Horror! "HAYA", Y NO "HALLA"
ResponderEliminarAcabo de darme cuenta de que mi entrecomillado del concepto de alta cultura es pusilánime; no debería haberlo entrecomillado, sino haberlo puesto en Mayúscula. No volveré a cometer esta torpeza. Si ya te digo que estoy hecho un burro... ¿Pero cómo quiero que un politiquillo se interese por la cultura si yo mismo la desprecio o la relativizo? Lo siento, de veras, por la parte que me toca
ResponderEliminarBorja dijo: ¡Horror! "HAYA", Y NO "HALLA"
ResponderEliminarO "desvinculada" en vez de "desvinculado", jejeje.
Sobre las preguntas retóricas que te haces, Borja (porque obviamente son retóricas: ¿políticos con valía y conocimientos, sin vicios, inteligentes e inteligibles?), me viene a la cabeza una serie de televisión que he empezado a ver el otro día. Se titula "Mad Men". Los protagonistas son un grupo de publicistas de Nueva York de principios de los años '60. En uno de los capítulos les encargan hacer una campaña para vender un producto llamado "Nixon".
Los políticos no son profesionales que hacen un trabajo, sino productos que nos venden. Son objetos cuya única utilidad es hacer que el dinero cambie de manos.
Hay mucha variedad de modelos en el mercado. Tienes el político presidente, el político diputado, el político alcalde, el político concejal de obras públicas, etc. Cada fabricante (cada marca) exagera las propiedades de su político (unos te dan dinero, otros te expulsan inmigrantes, otros te consiguen la independentzia, etc) y sacan a relucir o se inventan los defectos del político de la marca contraria.
Si fuéramos coherentes, no sería obligatorio comprar un político modelo "presidente" (de cualquiera de las marcas que hay en el mercado) cada cuatro años, sino cuando a cada cual le diera la gana.
Si fuéramos coherentes, no nos los venderían los políticos en un colegio electoral, sino en El Corte Inglés (o en el ultramarinos de la esquina, si es el modelo "político camarada presidente").
Si fuéramos coherentes, no haríamos manifestaciones en la Castellana, sino que iríamos con nuestro recibo de compra a la oficina de la O.C.U. y pondríamos una reclamación.
Luego estaría el problema de las instrucciones de uso, que siempre vienen traducidas literalmente del chino (o del holandés), y no hay Dios que las entienda. Ahí, que cada uno se busque la vida y vaya probando los botones para saber para qué sirve cada uno.
Se crearía una carrera nueva y necesaria: los técnicos en reparación de políticos. Nosotros diríamos "oiga, que mi político presidente no arranca", y el técnico contestaría "¿se ha fijado si está enchufado?".
Las tertulias de la radio y de la tele serían mucho más interesantes porque los tertulianos discutirían de cosas importantes, como "el mío es mejor porque le aguantan más los neumáticos Bridgestone" o "el tuyo es peor porque su corbata no hace juego con el fondo de los telediarios".
Con el tiempo, no haría falta ni comprarlos porque podríamos descargárnoslos de internet.
Alguien debería fundar una empresa de fabricación de políticos (comúnmente conocidas como "partidos") llamada A.C.M.E. (Activistas Cívicos Mancomunados de España).
ResponderEliminarAl principio, el A.C.M.E. sólo vendería sus productos por internet, para ahorrar costes, pero pronto se correría la voz de la calidad de sus políticos (que serían válidos e instruidos, no tendrían ideología y harían gala de su inteligencia y su capacidad para hacerse entender en horario laboral) y terminaría abriendo una cadena de tiendas más grande que el Zara. Habría una tienda de A.C.M.E. en todos los centros comerciales del país, en cada esquina, y hasta en cada pueblecito de Soria. Los A.C.M.E.'s estarían al alcance de todo el mundo.
Nadie querría comprar ya otras marcas porque los A.C.M.E.'s funcionarían tan bien y serían tan duraderos que serían para toda la vida.
Un día, A.C.M.E. empezaría a exportar a otros países, y llegaría un momento que hasta en Irán habría un presidente A.C.M.E. en cada casa. En Usamérica dejarían de usar modelos excéntricos (la presidenta ex-primeradama o el presidente afroamericano color caféconleche) y meterían en el despacho oval un presidente modelo Grönholm de la marca A.C.M.E. (ey, si a IKEA le funciona lo de los nombres raros, a A.C.M.E. también le podría funcionar).
Ay, Dios, que se me ha olvidado tomar la medicación. Que alguien me pare.
Ashep, no te tomes la medicación, no te hace nada bien, y cambia de pastillas inmediatamente; hay profesionales que sabrán tratar lo tuyo.
ResponderEliminarBorja, a los políticos hay que crearlos desde abajo, pues es en nosotros donde se encuentra el sentido de su "naturaleza" política. En un país de necios se gestiona para necios, y en Salztburgo hay una acedemia de música, danza, etc con la misma densidad proporcional que en Madrid bodeguillas...
ResponderEliminarYo creo que en democracia, aunque se trate de esta democracia a la española, la responsabilidad siempre ha de ser del ciudadano, y el político, como mucho gestor de tal responsabilidad.
Hay que hacer de tripas corazón y soportar a estos políticos contingentes, pero perseverar en la formación y "espiritualización" de nuestros conciudadanos
Los políticos son los artistas más espontáneos, más inconscientes que existen, Esos hombres no saben nada de culpa, de responabilidad ni de consideración. Están animados por el terrible egoísmo del artísta.
ResponderEliminarSalut, feacios,
ResponderEliminarNo me veo con fuerzas para tragarme entera la entrevista de ZP, pero quede constancia de este breve cotejo.
En uno de sus destacados, el presidente afirma:
"No me reconocería a mí mismo si mi reacción por la campaña antigobierno que hace la Conferencia Episcopal contra el PSOE fuera privarles de la financiación o decir hasta aquí hemos llegado."
Sin embargo, el 20 de noviembre de 2004, un titular de El País decía literalmente:
«El Gobierno reconoce la unidad del catalán y ERC apoya los Presupuestos»
Alta política.
...hombre yo creo que a lo que Borja se refiere por "alta cultura" (y que creo que glosa muy bien Zápiro en su comentario)es a cierta estética, ciertas maneras, cierto GUSTO... algo que aunque no es puramente político (¿O Sí?...las formas...)tiene la capacidad de formar criterio a la hora de juzgar una política o a toda una casta política.
ResponderEliminarPD: Casanueva, ya he hecho una vista por tu blog (tiene trazas de convertirse en un muy muy buen blog)y te he dejado un mensaje...
Saludos!
Saludos a todos! Perdonad mi desaparición durante estos días. He conectado hoy para ver todos los comentarios que por aquí habéis dejado y me he sentido mal por haber desaparecido de manera algo descortés. No penséis que me estoy volviendo más antipático -y tampoco, por favor, que estaba ocupado firmando el manifiesto de la Plataforma de Adulación Zapaterina-; únicamente estaba de fin de semana sin posibilidad de ingresar virtualmente en el mundo virtual.
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