Observen sino estos dos vídeos:
Efectivamente, como ven, el mitin de De la vega es en un instituto de bachillerato, a alumnos de la E.S.O de unos quince años, simulando una clase de Educación para la Ciudadanía. La forma moderna y progresista a la que se refiere De la Vega, no puede ser otro que el adoctrinamiento propagandístico a través del sistema educativo… sistema educativo o cualquier otro medio (medios de comunicación fundamentalmente). Y como también ustedes han visto, el modo arcaico y retrógrado de hacer política del partido popular es el, en otros tiempos tan cotidiano, caciquismo. Ambos partidos comparten una consideración de la política como una estructura de dominación.
Deleuze utilizaría para describir esta situación dos conceptos tomados de Foucault: las sociedades disciplinarias y las sociedades de control. Las sociedades disciplinarias, son las sociedades pasadas en las que el control de la población de hace por medio de medios coactivos… en este sentido, el espacio fundamental que marca a la sociedad es la cárcel. Las sociedades de control son aquellas en las que los individuos son obligados a adoptar un lugar social por medio de la manipulación de sus afectos y voluntades. En este sentido, claro está, los espacios necesarios a controlar son los centros educativos.
Lo dicho… política del pasado y política del futuro.
¿Habrá alguien que considere que la política, más que con el control, tiene que ver con la libertad? Uisss… la libertad es una ficción, qué cosas tengo. Y dice otro…. “el control también”
Estoy de acuerdo con Edu.
ResponderEliminarMaría Teresa, la de las cuerdas de guitarra, ha señalado el camino. Eso es Educación para la Ciudadanía. Por eso son de obligado cumplimiento los cursos de reciclaje que el cuerpo de maestros se apresta a recibir, en una muestra más de su indignidad y servilismo al aparato burocrático que sustenta sus nóminas.
El alcalde del peluquín o del grueso tinte capilar también representa lo mejor de nuestra democracia, en Galicia, en Extremadura, en Andalucía, etc, etc. Populares y Socialistas gestionan el voto rural del mismo modo que los platos fatigan sus gradas a cambio de autobus que les lleve y les traíga, bocadillo y estipendio.
Sobre el artículo de Mikel Azurmendi nada que añadir salvo sumarme a su repugnancia.
Quizás a muchos parezca que el resultado y fin de la campaña electoral hace caducar reflexiones y documentos como los que introduces. Por desgracia, esto sólo nos anuncia lo que nos espera en un futuro próximo. Sólo la novedad de Rosa Díez puede apuntar alguna leve esperanza de cambio en la realidad política española. Espero que no se malogre.
ResponderEliminarEstoy de mala leche porque hemos perdido. Con lo bien que lo llevábamos al principio, cachislamar. Es nuestro sino: cometemos errores tontos y dejamos que nos ganen. Aún así, mi ánimo no decae. ¡Aúpaleti!
ResponderEliminarPor cierto:
ResponderEliminarPNV =303.246 votos =6 escaños.
ERC =296.473 votos =3 escaños
BNG =209.042 votos =2 escaños
CC-PNC= 164.255 votos =2 escaños
Na-Bai =62.073 votos =1 escaño
UPyD= 303.535 votos =1 escaño
Yoesquemehagocruces.
Me apetece hacer un ejercicio. ¿Y si se calculara el número de escaños de forma directa, sin modificadores ni leyes donk ni leches en vinagre? Saldría esto (redondeando):
ResponderEliminarPSOE =43'64% =152'74 =153 escaños.
PP =40'11% =140'38 =140 escaños.
IU =3'8 =13'3 =13 escaños.
CiU =3'05% =10'67 =11 escaños.
PNV =1'2% =4'2 =4 escaños.
UPyD =1'2% =4'2 =4 escaños.
ERC =1'17% =4'09 =4 escaños.
BNG =0'82% =2'87 =3 escaños.
CC-PNC =0'65 =2'27 =2 escaños.
CA =0'27% =0'94 =1 escaño.
Na-Bai =0'24% =0'84 =1 escaño.
EA =0'20% =0'7 =1 escaño.
C's =0'18% =0'63 =1 escaño.
PACMA =0'16% =0'56 =1 escaño.
PAR =0'16% =0'56 =1 escaño.
CHA =0'15% =0'52 =1 escaño.
NC-CCN =0'15% =0'52 =1 escaño.
Ahí queda eso.
PD: uy, me he comido ocho escaños. ¿Me sentarán mal? Bah, mañana los cago.
PD2: me llama la atención que hay un montón de partidos que se han presentado pero no han sacado ni un solo voto. Eso es confianza en uno mismo, sí señor.
Creo que la circunscripción única -repartir los escaños del modo en que apunta Ashep- es la solución más justa y razonable a las asimetrías que asolan la política española, y que hacen que, gane quien gane, siempre ganen los nacionalistas minoritarios. Izquierda Unida, ahora más "Undida" que nunca, siempre ha sido la gran perjudicada de este reparto absurdo, lo que dio gran motivo de queja a Anguita (¡Ay! ¿quién lo compara con Gaspi). Bueno, básicamente, si hablamos de unas elecciones que se refieren a un espacio político, no sé por qué el elector sólo tiene derecho a decidir en relación a un acotamiento de ese espacio en "minicircunscripciones"; todo este montaje distorsiona la relación entre el elector y el alcance de su decisión, además de introducir el la desigualdad entre el peso del voto de unos y de otros. Más que la propuesta "casanueviana", me convence la idea de establecer un espacio homogéneo que garantice la limpieza en las condiciones de competencia entre diferentes alternativas: se da la paradoja de que son ciertos partidos que respetan el alcance nacional de las elecciones aquellos desfavorecidos frente a los que sólo quieren representar a un fragmento particular y concebido en oposición al todo. Un saludo
ResponderEliminarLo que hace que ganen los partidos minoritarios no es el ridículo número de escaños que pueden lograr, sino la no política y enfrentamiento constante entre las dos fuerzas más votadas (PP y PSOE)en las denominadas cuestiones de estado.Si hubiera una motivación o conciencia de eso que llamáis totalidad, que supongo que es España, ¿qué peligro tendrían 30 congresistas en relación con la voluntad de 320?
ResponderEliminarUI puede llorar lo que quiera, pero con Anguita tenían el mismo sistema electoral y arrasaba. IU no me da pena, lástima sí.
Que le digan a Rosa Díez lo injusto de su acta en relación a IU (que se la regale a IU, a ver su moralidad)
Borja, yo no sé cuál es mi propuesta, porque aún no he propuesto nada. Ahora, sigo en mis trece, por mucha circunscripción única que haya, si el número de escaños a elegir no es un promedio de la ciudadanía, sino un álgebra territorial, Castilla y León seguirá teniendo 18 escaños más (de naturaleza tubércula,y el País Vasco también 2 ó 3 tubérculos más).
Si eliminamos la territorialidad en el Congreso (que para eso están las asambleas autonómicas y el Senado) y es una de las soluciones por las que abogo, hemos de estar preparados para un cambio de mentalidad que implica que las comunidades con más habitantes podrán colocar más congresistas que las despobladas.
Aquí hay que abogar entonces a la buena fe del ciudadano (y del candidato que le azuza)que, a la hora de votar, sabrá distinguir entre una identidad autonómica, de otra interterritorial y Nacional.
Y lo que yo me pregunto es qué origen y solidez tiene aquí esa realidad interterritorial y Nacional cuando la política de los dos partidos más votados es la de ignorarse mutuamente.
Por otro lado, recordad que el PSOE es un partido que funciona por federaciones autonómicas (o eso aparenta), y que en teoría el único partido que mueve ficha desde una sede central y de manera totalitaria (no en sentido despectivo) es el PP, o eso es lo que aparenta.
Estoy de acuerdo con lo de las circunscripciones únicas, aunque yo no renunciaría tampoco a una cámara de representación autonómica que tuviera algún peso en el estado. por mi, que el parlamento fuera el foro nacional y el modo de acceder fuera de circunscripción única, y el senado, como se ha apuntado muchas veces, fuera una cámara de representación regional.
ResponderEliminarCito: "¿qué peligro tendrían 30 congresistas en relación con la voluntad de 320?"
ResponderEliminarParece ser que el PSOE pretende NO hacer un pacto de gobierno estable con nadie, sino pactos puntuales con las distintas fuerzas políticas. Esto, leído o escuchado por el español medio, se entiende como "Zapatero va a pactar cada vez con unos nacionalistas distintos en vez de siempre con los mismos". Ni siquiera se nos pasa por la cabeza que pueda hacerlo con el PP.
Me vienen a la cabeza Camacho y Aragonés. Sí, los que son o fueron seleccionadores de España. Los dos, nada más llegar al cargo, centraron todos sus esfuerzos en conseguir que la selección fuera, de una vez, el equipo de todos. No recuerdo qué hicieron Miguel Muñoz, Miera o Luis Suárez (no cuento a Clemente, por excéntrico, ni a Sáiz, por irrelevante), pero sospecho que intentaron algo parecido. Tanto Camacho como Aragonés terminaron hartos de darse cabezazos contra una pared.
¿Tan difícil es ser (perdón por el genos este) de un equipo y, además, de la selección? ¿Son afectos incompatibles? En otros lugares no, pero en España parece que sí.
O eres del PSOE (Barça: mucho ruido y pocas nueces), o del PP (Real Madrid: parque jurásico), o del Aleti (IU: trata de arrancarlo, por Dios), o del Sevilla (CiU: ladran, luego cabalgamos), o del Valencia (PNV: vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero...).
¿Tenemos lo que nos merecemos?