Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo

sábado, 25 de octubre de 2008

La tarea del héroe

Hoy mismo, empujado por mis hijos, he acudido a la entrega de los premios Príncipe de Asturias - no como invitado, claro, sino en calidad de plebe-, y he podido presenciar el tirón popular del número uno del tenis mundial: un chaval que atiende por Rafa Nadal. Mis hijos, como todos los demás, no tenían ojos para nadie más y yo pensaba que aquello era una injusticia para los otros galardonados, empezando por Ingrid Betancourt, que se merecían el reconocimiento público mucho más que un joven de veinte años cuyo único mérito consiste en golpearle bien a una pelota con una raqueta de tenis.

Pero estaba equivocado. No era más que un prurito intelectual al que somos especialmente vulnerables en esta tierra de Feacia. Lo que hace a Nadal diferente al resto de los mortales es que él es el héroe.

No es especialmente original reconocer en los deportistas los héroes de nuestro tiempo, pero pienso que es un tema que puede dar bastante más de sí de lo que, en principio, podríamos sospechar.

Hace ya bastantes años, en 1982, Fernando Savater publicó quizá su único libro “serio”, La tarea del héroe. En él sostiene una tesis que comparto: no valoramos al héroe porque su conducta se ajusta a la virtud, sino que valoramos la virtud porque es la máxima que sigue el héroe. De tal modo que el fundamento de la moral es la noción de “héroe” y no la de “virtud”. Si esto es así, la función del héroe es crucial, pues él es en última instancia la fuente de toda virtud. Esta tarea no debiera ser obstaculizada o ridiculizada por el “intelectual” que reclama para sí la función de desmitificación y desenmascaramiento por dos razones: primero por la futilidad del empeño –pues la imagen del héroe en el pueblo tiene mucha mayor fuerza que los textos del “intelectual”- y segundo, sencillamente, porque los héroes son necesarios.

Planteadas así las cosas el asunto no acababa de tranquilizarme porque si hay una virtud que han atribuido a Nadal por encima de cualquier otra es la humildad y, por razones que no vienen al caso, no la considero una verdadera virtud. Pero pensándolo bien llegué a la conclusión que tal atribución no era más que un estereotipo carente de fundamento. Nadal, como buen producto de la ESO, no se caracteriza por la fluidez de su verbo. Si representa alguna virtud será en función de sus actos en una pista de tenis. Cualquier aficionado al deporte debe reconocer que la cualidad fundamental de Nadal en la pista no es la humildad. Entonces…¿Cuál? Pues hete aquí mi particular descubrimiento: el éxito de Nadal supone una revitalización de la Ética de Spinoza que sitúa en la fortaleza la virtud ética por excelencia, que se manifiesta como firmeza consigo mismo y generosidad hacia los demás. Todos los que hemos seguido la trayectoria de Nadal estos últimos años podemos reconocer estas virtudes como propias de su “ethos” o carácter.

En esta época de crisis que se avecina necesitamos héroes que cohesionen y dinamicen a la nación. Necesitamos además “buenos” héroes, que difundan virtudes, como las de Spinoza, aptas y adecuadas a los tiempos que vivimos. ¡Salve Nadal!

13 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, aunque con ciertas matizaciones. Llevo ya un tiempor reivindicando que este tipo de "acontecimientos" tienen más poder que cualquier filosofía teórica. Sin embargo tampoco creo que se deba minimizar el papel del "intelectual", como dices; eso si, entendiendo "intelectual" en un sentido bastante amplio. Lo que voy a decir se describe de forma clara con un ejemplo: en Grecia el Héroe era Aquiles, pero éste no era nada sin Homero. Lo mismo ocurre con Nadal o con cualquier otro héroe contemporáneo; en tanto que Héroe no existiría sin el papel de, por ejemplo, los medios de comunicación. Éstos constituyen estructuras muy complejas de transmisión y procesamiento de la información dentro de los cuales los relatos quedan tramados.
    Los héroes, en el fondo, solo cobran significado dentro de tramas de relatos, fuera de eso, sólo son hombres corrientes. De hecho, el papel deconstructivo del intelectual en este sentido no es mínimo: tenemos por ejemplo a Zola, elevando a Héroe a los hombres esforzados que luchan contra el sistema tratando de sacar adelante sus vida miserables. ¿no es ese otro héroe de la sociedad contemporánea?

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  2. Estoy de acuerdo con tu puntualización. Igual no me expresé bien. Al entrecomillar intelectual quise referirme al típico crítico social (usualmente de corte marxista) que tiende a dar cuenta de la “voluntad popular” en términos de falsa conciencia: esos que dicen que el fútbol es el opio del pueblo o que la cultura de masas es un instrumento de alienación del hombre moderno etc. Aunque lo mismo cabría decir de los tradicionalistas conservadores que interpretan todo fenómeno novedoso y popular en términos de decadencia y pérdida de sentido, existencia inauténtica etc.

    Frente a todos ellos el héroe conecta con el pueblo, lo galvaniza y lo sitúa en disposición de una nueva “apertura al Ser” (o llámalo como quieras). En cualquier caso la tarea del héroe se enfoca siempre hacia el futuro y al margen de la tradición. El héroe es siempre un joven que no se pliega ante las exigencias convencionales, rompe con el pasado e instaura un tiempo nuevo.

    Ciertamente que en los tiempos que nos ha tocado vivir la tarea del héroe esta un tanto devaluada; nuestro héroes deportivos no transforman la sociedad porque su misión se desarrolla en una escala diferente, de menor trascendencia en comparación con la antigüedad. Así todo en el nivel en el que operan sí que trasforman el mundo: el tenis español cambia con Santana, el golf con Ballesteros, el ciclismo con Indurain etc.

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  3. Me parece muy interesante la reflexión que haces sobre la tarea del héroe, Óscar. Apelas a Spinoza y, creo, sin nombrarlo, a Aristóteles; en relación con éste me parece crucial subrayar que la virtud es una potencia transmisible, ante todo, a través de modelos, de arquetipos (vaya, y aquí se le vuelve a colar Platón) que, como dice Edu, encuentran su medio en tramas narrativas. Por eso, me parece, la sola proferencia de discursos cognitivos no suele tener mucho efecto en el campo del comportamiento.

    No obstante, tengo alguna reticencia de calado ante estos héroes modernos. Por em`pezar por una: la artificialidad de estos héroes. Con "artificialidad" me refiero a que son figuras meramente virtuales, es decir, han perdido el carácter mundano que convierte al héroe en plenamente significativo; no actúan en el mundo, sino en espacios virtuales (el campop de fútbol, el de tenis..) hechos "ad hoc" y apartados del espacio en el que la vida de los hombres realmente se da. Son, por eso,de una efectividad y una significación muy limitadas, e implican una poderosísima negatividad dada por el hecho de que no son "seres de este mundo". Quizás por eso son tan fácilmente convertibles en dioses. A su vez, creo, sugieren con intensidad, dado su confinamiento a un no-mundo, que las virtudes no son propias del mundo en el que la vida mundana se desarrolla, por lo que, aún en el caso de presentar virtudes a mimmodo de ver tan apreciables como la firmeza o la generosidad, las desactivan confinándolas al terreno tan corto de un campo de juego, es decir, un espacio extra-mundano. En este sentido, creo,implícitamente se puede desvincular la pregunta sobre la virtud -mejor: sobre la excelencia- de la condición humana al distinguir abismáticamente su posibilidad en relación al espacio en el que se encuentra el hombre, y no en relación a su misma condición.

    A mí, la verdad, me siguen pareciendo preferibles aquellos héroes que vivían entre hombres que actúan y hacen. Esa me parece la auténtica trama de las virtudes.

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  4. Borja, yo también prefiero "aquellos héroes" pero puede ser injusto acusar a los héroes modernos de artificiales y virtuales porque ¿acaso existe otro modo de ser héroe en el siglo XXI? La tarea del héroe hoy se retransmite por los medios de comunicación y se desarrolla en espacios simbólicos. Lo que no tengo tan claro es que este espacio sea "extra-mundano", mas bien parece el espacio en el que habitamos en este siglo XXI. ¿No es ese espacio virtual y artificial el que estamos utilzando ahora para comunicarnos? ¿son por ello menos mundanas nuestras reflexiones?

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  5. Y no sólo eso, Oscar, es que cualquier heroicidad es por naturaleza mítica y virtual.Ni existen en la realidad ni deben existir más que como modelos imposibles de seguir pero que nos permitan imaginarnos un poco mejores.
    Hay una novela de CF llamada Olimpo en la que los humanos futuros tienen solucionadas sus necesidades materiales gracias a la tecnología, aunque se sienten vacíos, como ovejas bien alimentadas.Pues bien, su unica fuente de ocio y sobre todo de emociones es una conexion cerebral a la Iliada, en la que viven todas las emociones e imágenes del poema.Lo curioso es que las escenas son reales, se recrean en Marte, con dioses forjados en la nanotecnología y modificacion genéticas y mentes resucitadas del pasado.Toso ello aderezado con referencias muy elaboradas a Proust, la Tempestad y Wells.Creo que en una vertiente de puro divertimento es una de las mejores reflexiones que conozco sobre la épica como motor de accion y al mismo tiempo vivencia vicaria y alienacion voluntaria, al tiempo que nos cuestiona sobre la naturaleza real de lo virtual, como dice Oscar

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  6. Muy interesante ...¿y quién es CF?

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  7. Santi: quizás me expliqué mal, por supuesto que el héroe no ha de ser de carne y hueso; me refería, precisamente, a la trama narrativa en la que se integra y que le proporciona significado: un partido de tenis, o de fútbol, presenta una trama muy popbre, sujeta a unas pocas reglas simplísimas en las que se escamotea el contenido de acción imprevisible en relación a otros también actores en gran medida opacos o imprevisibles.

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  8. CF QUIERE DECIR CIENCIA FICCION.Hombre Borja, la Iliada no es que tenga mucha trama, dioses y hombres dandose hostias y es un monumento de la lieteratura.Un partido de tenis o de futbol está lleno de subtramas, de pasados y futuros de pequeños odios y grandes resentimientos, de debilidadaes y fuerzas titánicas.Se lucha contra el destino, contra la muerte, contra uno mismo.Hay en los mandobles de Nadal tanta poesía como en la lanza de Aquiles.Ambos luchan contra el olvido, triste y titánicamente.Vale que no hay Helenas en esta lucha, que sólo hay putas, la Gloria y El Oro.Pero hay pasión.Y la abtalla simbólica del deporte, en su lucha interminable nos da siempre un pequeño futuro y un instante glorioso.Va mos lo que hace la buena épica

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  9. Bueno, Santi, está claro que no estamos de acuerdo; yo no niego que en el deporte no haya épica, ni niego el papel de héroe del deportista; me refería únicamente a la complejidad de las tramas. En la Ilíada, aunque la reduzcas, existe la inserción del héroe, que me parece fundamental, en una trama política en la que los individuos actúan de manera imprevisible. De hecho, existen autores que localizan la inauguración de lo político en la asamble de iguales reunidos con motivo del ataque a Troya, esa asamble donde el héroe adquiere significado político y tiene que discutir con los demás para hacer prevalecer una línea de acción frente a otras. Esta es la trama de libertad política que, creo, pierde el héroe deportista.

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  10. Hombre, Borja, yo creo que la trama política no tiene gran importancia en la Iliada.En ella se habla más de la aristeia que de la diké.No negaré la importancia de los parlamentos entre iguales, pero básicam,ente se habla sobre si se continua la lucha o no y sobre todo, si se pide perdón a Aquiles.Ese reconocimiento de su honor es aristocrático, fundamentalmente.No niego la trama política en el gran poema, pero lo definitorio es el combate, la aristeia, el acto definitivo, matar o morir donde se recrea la intensidad vital, la que permite vencer a la muerte mediante la gloria... mientras duren las palabras del poeta, como descubrirá Aquiles en el Hades.
    Cierto que el deporte actual no tiene más muerte que la simbólica y que permite muchas oportunidades de redención.Pero si consideramos un partido sólo como el combate hat mucha trama existencial, si noo política( que tambien, fijémonos en los madrid barca) muy rica en los procesos de lucha deportiva( el Nadal federer se convertirá en una verdadera saga épica.Kubrick dijo que nunca había sentido las emociones del Borg Mcenroe en ninguna trama literaria o cinematográfica, y no es ninguna tontería

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  11. Alcínoo es el nuevo rey de los feacios...

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  12. Ummmm... ya me había comentado Counter-Revolutionary la brillantez y la hermeneutica de estos tratados... cuanto saber se puede hallar en este foro... cuanta disparidad de criterios... cuantos perfiles en sencillas palabras...

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  13. Espero que estas palabras os llenen tal como vuestros sentimientos me han identificado. Me gustaría ser un añadido en este foro para compartir espacios de encuentro intelectual...

    "...mis leales amigos, quedad los demás aquí quietos mientras voy con mi nave y la gente que en ella me sigue a explorar de esos hombres la tierra y a ver quienes sean, si se muestran salvajes, crueles, sin ley ni justicia..."

    Alcínoo, vuestro guardián jurado...

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