El hombre tiene creencias en base a las cuales está dispuesto a actuar y posee pensamiento sólo en la medida en que necesita de estas creencias para determinar su acción. Esta es una de las ideas básicas del filósofo norteamericano Charles Sanders Peirce. Peirce considera el pensamiento como una herramienta que trata de fijar nuestras creencias y por extensión nuestras acciones. Los seres humanos actuamos en base a las creencias que poseemos acerca del mundo que nos rodea. Cuando no poseemos creencias suficientemente convincentes, entonces nos encontramos en un estado de duda e incertidumbre y por tanto de inacción. La función de nuestro pensamiento es la de acabar con este estado de incertidumbre y fijar las creencias adecuadas que nos permitan establecer estas pautas de acción.
Peirce habla de cuatro métodos fundamentales para establecer una creencia:
- El método de la tenacidad, que consiste en aferrarse a lás creencias que uno ya posee y que en otras ocasiones han resultado válidas y negarse a su modificación. Los hombres, y especialmente las comunidades de esta clase, se obstinan en el mantenimiento de sus creencias negándose a cambiarlas bajo cualquier supuesto.
- El método de la autoridad consiste en que sea la voluntad del gobernante quien se ocupe de fijar una creencia y hacerla obligatoria. Para eso los gobernantes tienen infinidad de herramientas: la propaganda es uno de ellos aunque sin duda es la fuerza y el terror el que más veces se ha utilizado por parte de los estados en virtud de su rendimiento: el asesinato, la tortura y el castigo desproporcionado bien pueden fijar en unos pocos años una línea de pensamiento determinado, ciertas creencias.
- El método apriorístico, en cambio, ha sido el método preferido por la filosofía y el arte. Se trata de aceptar ciertas creencias porque son “gratas a nuestra razón” independientemente de las consecuencias a las que nos conducen o de los datos empíricos. Pensar de esta forma equivale a suponer que hay una estética del pensamiento, un modo de pensar que es particularmente bello o placentero, y pasar de ahí a la afirmación de que todo lo enjendrado dentro de los límites de esta estética es creible, racional o verdadero. Se trata, en el fondo, de suponer que es pertinente poseer cierta creencia porque de modo natural es lo que estamos inclinados a creer, mientras que pensar lo contrario sería proceder contranatura o irracionalmente.
- Por último, el método científico, que consiste en hacer depender nuestras creencias de elementos que son completamente independientes de nuestras opiniones acerca de ellos. Peirce está hablando más propiamente de los hechos: la ciencia aspira que nuestras opiniones y creencias se basen finalmente en los hechos. Estaba convencido que la investigación científica, mantenida idealmente de forma permanente, conduciría a que hombres distintos pudieran mantener las mismas creencias pues llegarían a las mismas conclusiones. Esto, no obstante, se daría exclusivamente en una comunidad ideal de investigadores que pudieran ampliar su actividad indagadora de forma indefinida.
A través de esta exposición Peirce describe en esencia cuál es la naturaleza del pensamiento, adoptando una postura anticartesiana. La unica finalidad del pensamiento, ya sea que sea usado de forma apriorística, tenazmente o científicamente, es la de la determinación de reglas de acción. Es, por tanto una acción, dado que el objetivo final del pensamiento es materializarse mediante actuaciones concretas. En conclusión, si queremos averiguar el significado profundo de un pensamiento, de las creencias que fija, debemos atender a las acciones en las que se materializa.
La fuente, por si a alguno le interesa, es un libro titulado "El pragmatismo americano", publicado en el 2008 por nuestro antiguo y querido profesor Jorge Pérez de Tudela
ResponderEliminarEdu: creo que ya sabemos lo que podmos esperar de cada uno; en mi caso, seguro que puedes adelantar lo que voy a decir sobre la consideración pragmatista del pensamiento.
ResponderEliminarCreo que el pragmatismo es profundamente deudor de ´la metáfora de la técnica, que si bien inauguró de modo brillante Platón en el comienzo mismo de la filosofía, seguramente es en el siglo XIX - cuando llega a plenitud la idea de que el remedio para cualquier cosa consiste en hallar los medios técnicos adecuados- cuando se convierte en exhaustiva.
De esta manera, para resumir, pongo en discusión que el pensamiento sea reducible a medio técnico, a instrumento según uspalabras. Es normal que, concebido como herramienta técnica, esta concepción del pensamiento exija una obra final a la que serviría como medio y en la que se reuniría su significatividad. Pongo en duda que todo pensamiento se traduzaca en una acción correspondiente; el hecho de la comprensión, creo, no tiene por qué Realizarse en el modo de una obra; hay pensamiento que nbo sirve para hacer, e incluso diría que, primordialmente, el pensamiento no sirve para hacer, y que este uso constructivo edl pensamiento es sólo una dimensión derivada de su primera afirmación como comprensión.
¡Pérez de Tudela! ¿QUé recuerdos! Me acuerdo de aquellas mañanas pasadas en el pabellón B de la universidad entre cafés, cigarrillos y discusiones heterogéneas. Las pocas veces que faltábamos era porque había clase de Tudela y no queríamos perdérnosla. Mucho ha pasado desde entonces, y ni Tudela es tan Tudela, ni nosotros tan nosotros. En fin... ¡Maldita melancolía!
Por cierto: se te ha derramado el café sobre la foto de Peirce. ¿Existe también un café virtual que arruina las fotos expuestas en un medio digital?
ResponderEliminarReleyendo mi anterior comentario, no quiero decir que pensamiento y acción no tengan vínculos, sino que la acción misma del pensamiento no tiene sólo que ser asimilada a un hacer en el sentido técnico; lo que quiero decir es que el pensamiento, aunque también puede adoptar esa forma y la adopta a menudo, no se reduce a un conjunto de reglas técnicas dirigidas a un fin externo al pensamiento mismo, y que puede constituirse también en propio fin. En este sentido, pienso que la comprensión puede ser un fin en sí misma, aparte de la utilidad que posteriormente se le pueda otorgar.
Creo que la teoría pragmatista adolece de un problema fundamental, que puede formularse de la siguiente manera: defender que el pensamiento se resuelve en el comportamiento, cosa en principio fácil de comprender, puede revelarse como una postura bastante oscur.a
1- Puede entennderse de un modo "fuerte" y llegar al absurdo de pensar que existe una correspondencia exacta, determinista y férrea entre los pensamientos y los comportamientos o conductas; dfe este modo, se diría que cada pensamiento corresponde a un comportamiento determinado, lo que evidentemente es algo muy problemático de mantener.
2-En segundo lugar, puede defenderse la obviedad de que existe una relación entre pensamiento y comportamiento, lo que cualquiera estaría dispuesto a afirnmar sin ser pragmatista.
La cuestión está entonces en determinar qué relación exacta existe entre pensamiento y acción, de manera que evitemos tanto lo absurdo como lo obvio.
Antes que nada aprovecho para mandar un afectuoso saludo a todos…(que hace tiempo que no acudo por aquí.)
ResponderEliminarYa que el paladín-Edu no acude en defensa de la dama-Peirce, voy a tratar de echar un capote.
Borja, tal y como planteas las cosas voy a defender, con Peirce, una postura “absurda”, pues creo que todo pensamiento se traduce en una conducta o más bien una “disposición conductual”, esto es una disposición a actuar de una manera u otra si fuera necesario. Debemos entender “conducta”en un sentido amplio, claro está. De acuerdo con Austin y, especialmente con Searle cuando sostienen que hablar, el acto ilocucionario, ya es hacer.
Razonemos por reducción al absurdo: imagina que tenemos un pensamiento, muy profundo o muy banal, tanto da, que no se traduce en acto alguno. No sólo que no nos lleva a comportarnos de determinada forma, sino que ni tan solo nos lleva a hablar en un sentido determinado ¿hay alguna diferencia entre tener ese pensamiento o carecer de él? ¿qué tipo de pensamiento podría ser? No me lo puedo ni imaginar. Igual pienso que “los marcianos son peligrosos” y no puedo llevar a cabo la correspondiente conducta pero tal pensamiento equivale a una disposición conductual: “si llegan los marcianos…¡huye!”. También las creencias religiosas, y no digamos las filosóficas, aparece asociadas a conductas (actos ilocucionarios.) El problema del pensamiento puro es sagazmente analizado por Gilbert Ryle en “El concepto de lo mental” y sus conclusiones son, para mí, plenamente acertadas.
Así que no veo absurdo afirmar que un pensamiento siempre va ligado a una conducta.
Saludos.
Oscar es grato volver a verte (y a verme también a mi) por aquí de nuevo. Suscribo completamente lo que dices y también como lo dices.
ResponderEliminarY creo que Borja se equivoca en las acusaciones que le hace al pragmatismo:
Dices que "Puede entennderse de un modo "fuerte" y llegar al absurdo de pensar que existe una correspondencia exacta, determinista y férrea entre los pensamientos y los comportamientos o conductas". Pero no veo ninguna razón para que tengamos que entenderlo así. Señalar que los pensamientos son disposiciones para la acción no equivale a defender la correspondencia determinista entre pensamientos y acciones. Es más, una de las cosas que señala Peirce es que pensamientos distintos pueden conducir a la misma acción; eso sí, señala que lo que debemos tener en cuenta son las acciones.
En segundo lugar creo que cuando hablas de la metáfora técnica empleas una noción de técnica muy restrictiva, y tienes en mente como modelo la producción mecánica o la cadena de montaje. Pero tampoco veo que considerar el pensamiento -o el lenguaje- desde una perspectiva instrumental equivalga a caer en el mecanicismo. Al contrario, comprendo que deberíamos tomar la metáfora de forma mucho más amplia que incluya, por ejemplo, la creatividad, la espontaneidad, la incertidumbre.
Creo que, como te he comentado hace un rato, que algo que distingue a la filosofía americana de la europea, es que los filósofos de Harvard se tomaron en serio a Darwin, mientras que los europeos lo obviaron centrándose principalmente en Marx. si te tomas en serio al bueno de Charlie resulta dificil no creer que tanto el pensamiento como el lenguaje son un producto más de la evolución biológica (algo que sin duda no es un reduccionismo si pensamos en profundidad tanto la biología) y por tanto lo problemático es afirmar desde esta perspectiva que pueda existir algo así como el "pensamiento puro" del que habla Oscar o lo que tu llamas "comprensión". En realidad habría una forma de hacerlo, mediante lo que se ha denominado "emergencia" (aunque si pensamos profundamente este concepto seguramente descubramos que no es más que otra metáfora no demasiado bien elaborada)
Por tanto deberías aclarar en primer lugar hasta qué punto te tomas en serio a Darwin, porque creo que no sería serio que nos dijeras que aceptas que tiene razón para la cuestión de la bipedestración pero se equivoca cuando llega a la conciencia.
Y en segundo lugar también deberías aclarar el marco en el que hablas de "comprensión", porque me suena algo bastante similar a la iluminacion divina, la mística o las metáforas platónicas a lo "contemplación de la parte más brillante del ser"
Edu y Óscar: ahora no tengo tiempo para extenderme. Lo intentré después. En cuanto a la referencia que ayer me comentabas sobre Marx y Darwin, en realidad no creo que sean tan distintos, sobre todo si nos referimos a la tradición marxista fundada verdaderamente por Engels antes que al mismo Marx. A lo que me refiero es al elogio que Engels hizo de su amigo el día de sus funerales: Marx es el Darwin de las ciencias sociales.
ResponderEliminarA ver si puedo deciros algo:
ResponderEliminarYo no critico la concepción del pensamiento como acción, sino el concepto de acción que me parece entender en Peirce y los pragmatistas. Reconozco, no obstante, mi amplio desconocimiento de las concretas determinaciónes de muchas de sus posiciones.
A pesar de que Edu afirma que no es así, la asimilación del pensamineto a una herramienta o instrumento me parece dar cuenta de un medio externo a un fin; es decir, me parece entender en Peirce que el pensamiento es un medio para alcanzar acciones que no son el mismo pensamiento, ya que el instrumento-medio ha de desaparecer para dar paso al fin deseado. A lo que me refería yo es a que esa quiebra entre los medios y los fines, esa distancia que media entre el instrumento y lo que realiza, excluye precisamente al pensamiento como acción, es decir, como realidad con sentido no-técnico. De este modo hablaba de la comprensión. Esto no obsta para que el pensamiento no aparezca a los demás como "conducta", sobre todo en esa otra acción que es el lenguaje. Pensamiento-lenguaje son seguramente la misma cosa, acción por antonomasia, y discrepo en que siempre apunten a un fin externo a su misma existencia.
SI en el concepto de técnica incluimos la espontaneidad, entonces creo que abandonamos el ámbito de la técnica, que, a mi parecer, se explica por la preexistencia de un proyecto que el instrumento dará a luz, lo que hace que su resultado sea previsible, a no ser por impericia o error. El pensamiento no tiene esos resultados previsibles, por eso no lo considero técnica en el sentido en que decía.´
Esto merecería más reposo....
La cuestión de Darwin.... eso requiere otro rato
Edu, interesante referencia a Darwin como fundamento del pragmatismo americano.
ResponderEliminarIgual se puede conectar con otras dos tesis que sostengo:
Tanto la filosofía continental como la analítica miran por encima del hombro, con un cierto desprecio, al pragmatismo americano. Por supuesto hacen mal. Son los mismos que entienden su labor filosófica al margen del conocimiento científico.
Algo tendrá que ver, con la emergencia del pragmatismo, la base sociológica de norteamérica: católicos, baptistas, presbiterianos, judíos… tratando de ponerse de acuerdo acerca de una noción de “bien común” en torno a la cual pivote toda la “superestructura ideológica”. Los pragmatistas señalan algo: la verdad está en el futuro (acción), no en el pasado (tradición), por lo que gente muy diversa puede ponerse de acuerdo.
Saludos
Borja… igual la distinción entre medios y fines es ella misma una herramienta, una herramienta conceptual caduca, por cierto.
ResponderEliminarSaludos
¡Joder, Óscar! ¡Hablando así me has recordado a Lenin!De hecho, no estaría de más revisarlo y atender a su semejanza con ciertas posturas del pragmatismo; el suyo es un pragmatismo de la revolución, y la noción de verdad a que arriba apuntabas es también semejante: la verdad profética, no referida a lo que es, sino a lo que puede ser hecho.
ResponderEliminarQuizás la diferencia en el pragmatismo bolchevique de Lenin estriba en el abandono de lo que él llamaría moral burguesa; es decir, el reconocimiento implacable de que, aceptada la idea de que la verdad está en el futuro, no hay límite alguno que impida llevar a sus consecuencias la realización de lo que sea, ya que sólo depende de que pueda ser rrealizado. El caso clásico de esto es la aseveración de que la burguesía era una clase agónica o condenada a morir: lo que en un principio no era más que un postulado se demostró como verdadero a través de la matanza, el encierro y exterminio en los campos de trabajo y el total despojamiento. En palabras de Trotski, se demostró que los mencheviques no eran el partido adecuado para la revolución porque la violencia desatada contra ellos fue un éxito, y, de hecho, desaparecieron literalmente de la revolución.
Evidentemente, los pragmatistas no pueden ser comparados a esto, pero creo que, en todo caso, Lenin parece mucho más coherente al tomar de forma literal y rottunda el concepto pragmatista de verdad sin dejarse maniatar por los residuos de la moral burguesa o la tradición.
Óscar me gustaría que la referencia a Darwwin fuera mia, pero en realidad la he copiado de Rorty.
ResponderEliminarSuscribo completamente las dos tesis que señalas. La filosofía europea siempre ha mirado al pragmatismo con cierto desdén sin darse cuenta que muchas veces llegaban a los mismos resultados que autores como Heidegger, Deleuze, Wittgenstein, Habermas... a mi entender una de las diferencias entre Europa y América en eso reside en que los europeos han seguido usando las metáforas aristotélicas de "prima filosofía" y platónicas de "el mundo de arriba" tratando siempre a la filosofía como un conocimiento capaz de salirse del mundo. La filosofía de Heidegger es paradigmática al respecto: en "ser y tiempo" la imposibilidad de un conocimiento que se salga del mundo, pero acto seguido experimenta cierto vértigo y, como ha señalado Derridá" cae en la nostalgia reclamando también para sí una "comprensión superior". El pragmatismo carece de ese prejuicio aristocrático y ve su actividad como una más entre otras actividades.
Respecto a tu segunda propuesta suscribo completamente; en Estados Unidos no ha sido posible establecer consensos en base a la tradición porque esta no existía, así que los consensos se hacen en base al acuerdo, a la acción.
Respecto al cokmentario de Borja, creo que en nada se parece lo que apuntas sobre Lenin si pretendes establecer una relación con los pragmatistas. En primer lugar en el comentario de öscar no hay ninguna concepción de verdad, "verdad profética" dices; ya he dicho muchas veces que una de las vocaciones fundamentales de Rorty es dejar de usar la palabra "verdad". Oscar habla de acción, de establecer habitos y comportamientos sociales como producto de una acción conjunta entre seres humanos, pero no de alcanzar nada parecido a "la verdad" y menos "profética".
Edu, cito a Óscar: "Los pragmatistas señalan algo: la verdad está en el futuro (acción), no en el pasado (tradición), por lo que gente muy diversa puede ponerse de acuerdo".
ResponderEliminarVaya racimo de perogrulladas.
ResponderEliminarVamos quedando para navidad.
Siempre estamos dando vueltas a lo mismo….
ResponderEliminarPor mi parte, a diferencia de Edu y Rorty, sí que estimo (por cierto, igual que los pragmatistas clásicos) que la noción de verdad tiene un uso y por tanto un significado que la filosofía debe precisar y no abolir. Ahora bien ¿Qué significado? W. James decía que una creencia era verdadera si desemboca en una acción acertada (ya sé que precisar en qué consiste una “acción acertada” es problemático)
No acabo de ver el paralelismo con Lenin: aquí no hay mesianismo alguno, hay reconocimiento de la propia ignorancia y apertura de miras para estar dispuesto a aceptar otras ideas o creencias si se demuestran mejores, más efectivas… nada más…ni nada menos. La referencia al futuro, Borja, hay que interpretarla en el sentido opuesto al que lo haces: no como determinación para que el futuro se conforme a una verdad previamente establecida, sino como reconocimiento de la propia ignorancia, no sabemos que ideas son las verdaderas hasta que demuestren (en el futuro) o hayan demostrado (en el pasado) su eficacia. Políticamente es lo contrario al mesianismo comunista: una estructura política se tornará buena, por tanto verdadera, si es eficaz y no solo en el sentido técnico sino, yo diría, en términos epicúreos, que genere ataraxia y aponia..
Saludos
El pensamiento es una máquina rara, instrumental sobre todo, en cuanto le permite al hombre sobrevivir en la realidad virtual de los sentidos.Pero también genera importantes subproductos contraproducentes o inanes con poca operatividad adaptativa.
ResponderEliminarLos pragmatistas no sólo querían escapar del corsé metafísico por falta de tradición filosófica o por influencia del crisol religioso.El ambiente filosofico de las grandes universidades había sido hasta hacía poco asfixiantemente religioso y aspiraban a crear un pequeño ámbito no dogmático.
Rorty es uno de los grandes filosofos que han asumido con mayor valentía a Darwin, aunque en sus loas a la democracia no ha terminado de asumir su lógica interna.
Por ultimo, me gustaría destacar un apunte de Oscar, la insistencia de los pragmáticos en la "creencia", que se asume como verdad aunque solo sea operativa y provisional, pero no hace como Rorty, que parece apelar al fingimiento porque resulta util, es decir, creer y no creer.Que lejos de la valentía de Pascal...