Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ver películas y leer libros.
Eduardo Abril

Rorty es sin duda uno de los intentos contemporáneos más serios y sugerentes de deconstrucción del conocimiento en su totalidad. Frente a la visión clásica consistente en considerar el conocimiento como una representación de la realidad, Rorty nos dice que éste consiste en la manera de adquirir hábitos para vérnoslas con el mundo. Por tanto, la cuestión de que nuestras teorías acerca de la realidad deben resultar confirmadas a través de su contrastación resulta del todo irrelevante, pasando a primer plano como criterio de elección, si es que de alguna forma puede determinarse algo así como una elección, la cuestión de qué hábitos deberíamos tener, o lo qué es lo mismo, qué tipo de seres humanos queremos ser.

La filosofía, que ha hecho pender toda la teoría del conocimiento en torno a la relación entre sujeto y objeto, cargando unas veces el peso sobre el objeto y otras veces sobre el sujeto, descubrió finalmente gracias a Wittgenstein que tal relación tiene un alcance tan limitado que imposibilita del todo la discusión en torno a los problemas que realmente aquejan al ser humano. Cambiando la relación representacional entre las palabras y las cosas por la consideración causal en la que nuestros hábitos lingüísticos están causados por el mundo, por las exigencias vitales, desaparece de un plumazo el problema de la determinación descripcional del objeto. Que hablemos de objetos nada dice de su existencia, únicamente consiste en buen hábito para vérnoslas con nuestros estímulos. Resulta innecesaria la pregunta por la verdad de nuestras representaciones o de si tal representacionalidad tiene elementos a priori, como es el caso de los valores, o a posteriori, como es el caso de los hechos. Tal pregunta es sustituida por la reflexión acerca de nuestros hábitos; no se trata de saber si la forma en la que describo el mundo y a mi mismo en ese mundo es la acertada, se trata más bien de si tengo unos buenos hábitos de vida.

Por esta razón, para Rorty es tan importante la literatura y el cine; leyendo libros y viendo películas aprendemos diferentes hábitos. Estos días volví a ver una de mis películas favoritas, Blade Runner; las palabras finales de Batty, el cruel y malvado replicante, cambian en poco más de dos minutos todo el signo de la película; con él descubrimos la sutil relación que puede haber entre el miedo a morir y ser hombre.

15 comentarios:

  1. ¿"hábitos lingüísticos están causados por el mundo, por las exigencias vitales"? ¿"aprendemos diferentes hábitos"?

    ¿Y esto qué es sino una especie de "determinismo subjetivo" un tanto incoherente en tanto se menciona vagamente como "causas" "el mundo" y las "exigencias vitales" que en el fondo podrían suponerse meramente "psicológicas"?

    ¿Qué es eso, Edu, sino una manera de aceptar lo que los individuos de esta sociedad actual han "adoptado", sin permitir, como hace Rorty, precisamente, ninguna crítica, es decir, ningún rigor ni radicalidad (por eso de ir a la raíz), para lo cual ES necesario adoptar una visión incondicionada aún a sabiendas de que es histórico-social (precisamente, por "exigencias" no de ese eufemismo de "lo vital" sino de la "absoluta" concatenación no imaginaria de la evolución que nos ha producido desde formas más simples portadoras de los elementos que acabarán dando origen a la reflexión (cerebro humano)y a la lengua (separación de la laringe y la faringe) -y perdona est simplificación que sólo pretende apuntar a donde hay que apuntar para fundar un determinismo dilucidador según mi criterio-?

    Total, para apriorismos me parece mejor que el de Rorty y cía, a saber: el mundo occiental tal cual entienden muchos que debe ser, debe seguir siendo y que sin duda lo será...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Edu:
    Me siento plenamente reconocido en la reivindicación de la sabiduría práctica que haces, en la reivindicación de la novela, la poesía o el cine como perspectivas sobre lo infundado, lo contingente, lo complejo y a veces
    terrible, de nuestra vida.
    . La cuestión fundamwntal remite, quizás, a Aristóteles y su crítica de Platón: el conocimiento teórico dejado en soledad muestra una tangible perplejidad ante la particularidad y contingencia de lo munhdano. Por ello, aprendemos a tratar con las cosas y encontramos "modelos de excelencia" en las narraciones, y no tanto en los sistemas científicos. Las virtudes pertenecen siempre a narraciones, a logos, y no al cálculo o a la contemplación teórica de lo inmutable.

    No obstante, adivinarás que creo que unir esto a la teoría sobre la verdad no es, en absoluto, necesario. Creo que defender el carácter narrativo de la acción -hecho y palabra- no excluye en absoluto una defensa de la exigencia ética de búsqueda de la consistencia de las cosas aparte de lo que yo quiera de ellas; es decir, se puede perfectamente defender que la verdad TAMBIÉN se da como adecuación a hechos sin reprobar que la búsqueda de una buena vida no requiere sólo de un ajuste a los hechos, y que, incluso, puede requerir un desajuste en muchos momentos.
    Parece desprenderse de lo que dices que la concepción teórica de la verdad se resuelve en una desigualdad de valor con reszpecto a la vida práctica, como si alguien fuera capaz de "uerer mejor" popr el hecho de pensar que la verdad no tiene que ver con hechos o con el mundo, sino sólo con la localización del comportamiento eficiente.
    Pienso que la pregunta por aquello que queremos ser puede ser planteada perfectamente sin hacerla depender de una teoría de la verdad, y la localización de la práctica como algo no identificable con la verdad también. SOn dos órdenes distinguibles -el da la praxis y el de la verdad- que no tienen porqué responder unívocamente entre sí en relación a una correspondencia inalterable. Sí existe relación, y potr eso yo hablaba el otro día de la exigencia ética que incluye la búsqueda de lo verdadero, pero no en forma determinista. Se puede "querer"hablando de la verdad como adecuación o como eficiencia, o como inexistente y muda.

    ResponderEliminar
  3. Pero, Edu, ¿qué te lleva a "optar" por una cosa o por la otra? ¿Es que "naciste con esa orientación"? ¿Es que "te gusta" más y no sabes por qué? ¿Es que consideras tu opción como más "eficaz" o "práctica"? ¿Para qué en este caso, desde qué óptica, qué base tienes para considerar "defendible ante los demás" (e intentar convencer a "todo el mundo")la tabla de valores en la que indefectiblemente te basas, lo reconozcas o prfieres dejarlo en la oscuridad?

    La causa (salvo que me digas que SABES que NO exite, o que me digas que no te importa (desdiciénndo toda tu práctica social), debe ser determinada, hallada, elucidada... ¿O si no, qué, cómo, para qué?

    Puedes decir, con Wittgenstein, "de eso mejor callar", e incluso, "dejemos que lo místico se muestre"... pero lo que me interesa saber es ¿qué crees que llevó a Wittgenstein y a tí (en caso de que digas eso o algo cercano) a sostener eso, en un determinado contexto, teniendo un determinado perfil socio-profesional, siendo la sociedad y su tiempo el que eran...¡y no otros!?

    Yo creo que ahí está la respuesta, simplemente, aunque avergüence, aunque reconocerlo sea darse por vencido... El hombre (coincidirás) no es lo que el Dios decidió que fuera, a su imagen y semejanza... previa, sino (y aquí no sé hasta qué punto aceptarás o serás consecuente con lo que rescaté precisamente de tu post anterior) un resultado de lo que hubo antes y no cualquier cosa; un ser que le debe demasiado a los monos (es un decir) igual que los intelectuales posmodernos le deben mucho a los modernos y así sucesivamente... Y no desarrollo esto, (a) porque ya lo he hecho sin despertar mucho interés por parte vuestra, o al menos no recibir contrarespestas de peso sino más bien evasiones (todo mi blog está lleno de argumentos al respecto), y (b) porque sería muy largo y tal vez improductivo. En esto, coincido con tu Rorty: la vía del convencimiento requiere de previas coincidencias orgánicas (por grupales), cosa que no lleva hasta sus últimas consecuencias.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Perdón, me dirigí a Eduardo siendo que contestaba a Borja, aunque lo dicho abunda en ambas direcciones.

    ResponderEliminar
  5. Carlos:
    La verdad es que, si te refieres a lo que yo decía, no entiendo muy bien lo que quieres decir, y sólo llego a captar algunas frases sueltas sin saber dónde llevan.
    Si tiene que ver con la exigencia de hallar la causa última de nuestra conformación total, la verdad es que, como dijo Protágoras, creo que no es posible dar una respuesta, dado lo oscuro del asunto y la brevedad de la vida humana; si tiene que ver con la localización de la causa de algo más concreto, no sé a qué te refieres.

    Desconfío, de todas maneras, de la pregunta por las causas, porque a menudo la explicitación prolija de factores, razones y causas ocultas destierran lo que motivó ésa misma búsqueda: la comprensión de los fenómenos en su aparecer y en tanto aparecen. Me interesa, más que las nóminas de causas esenciales y la reducción científica de lo real, el constituirse de la apariencia. La búsqueda de causas que determinen me parece demasiado deudora de una suposición previa: la de que deben existir esas causas y toda otra búsqueda o consideración -por inesencial, aparente o mera ilusión - sólo merece desprecio o indiferencia.

    De todos modos, Carlos, no he entendido muy bien, como te dije antes, hacia dónde y qué señalabas de lo que anteriormente dije yo, así que no sé si tiene algo que ver con lo que aquí te he respondido.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Borja, perdona, en realidad respondí a la combinación de los dos textos poniendo el acento en las preguntas. Esto porque dijiste que te identificabas con Eduardo en lo de la preferencia por la narrativa en lugar del discurso teñorico. LO que yo pregunto (¿no se entienden las preguntas?) está relacionado con la idea de una "narrativa" reducida a "la palabra" en sí... Y hay cierta "poesía" que se las da de serlo que suele caer en esa reducción, al igual y en paralelo con los discursos posmodernos.

    Pero la narrativa, al menos la que leemos con placer y consideramos "buena", refleja toda una relación de causas/efectos, es causalista y determinista (al margen que en el entorno se produzca "algo" que viene de "fuera" y desata la cadena de acontecimientos). Sin eso, la narrativa nos parece inverosímil.

    Esto no puede ser por azar, ni puede reducirse a lo formal. La necesidad de causalidad está en el propio mecanismo intuitivo, y eso no puede ser casual ni puede ser ignorado (dos "salidas" positivistas y posmodernas).

    Hace no mucho te contesté a tu propuesta de meter al azar en la realidad y no continuaste la discusión, que tal vez fuera interesante. Allí sostenía la inevitabilidad de las posturas incondicionales, que como digo en la crítica a Eduardo, no podemos evadir... ni callando ni ignorando ni tergiversando "relativísticamente" las cosas (como hace Rorty). Ello A PESAR de la admisión de que todo es contextual. Y eso era lo que sugería con mis preguntas a ambos (a tí también en tanto tu mismo crees posible separar el "problema de la verdad" -en el sentido nietzscheano, claro- de la narrativa. Si lo que propones son mitos que funcionen (eso creo que hace Edu y Rorty), entonces definete bien y responde a mis preguntas. Y explica "tu mito" preferencial si acaso.

    Para dejar el tema más claro: yo rechazo la existencia de causas esenciales, pero las cosas están concatenadas y unos hechos llevan a otros, como en una novela policial. Eso no puedo ignorarlo ya que me muevo en la realidad en tanto lo considere de esa forma.

    Por tanto, hay que remitirse a lo concreto o divagar y especular... Pero esto, ni siquiera produce buena literatura. Al menos para mí.

    No sé si está más claro (revisa las preguntas, que siguen en pie para mí y no han sido contestadas), pero no se puede desarrollar todo con detalle. Lo he hecho, repito, en muchos posts que no sé siquiera si se han entendido y que supongo no fueron leídos más que excepcionalmente. No es que entienda que deba ser leído como se lee una autoridad... sólo quiero ser leído si el tema interesa. Y esto es lo que no acabo de tener claro... ¿Qué interesa? ¿Por qué? ¿Qué se persigue? ¿Acaso... La Verdad? ¿Acaso más claridad? ¿Acaso "entretenerse" como si se hiciera poesía... y posmoderna en particular? ¿Qué nos lleva a estar aquí y a debatir, acaso que se hable sólo de lo mismo, de lo que se pretendería convencer a los demás?

    Las respuestas a estas preguntas, creo, remiten a la realidad humana fragmentada en varias realidades no reductibles entre sí... Y lo que pretendo no es sino proponer que se piense en ello cualquiera sea el precio que se pague por ello. La vergüenza, como dije, o la inacción...

    ¿Sigo siendo oscuro? Tengo la explicación si fuera así...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Carlos: no defiendo en general la preeminencia de la narrativa sobre el discurso, sino en ciertos respectos; no entiendo la narrativa como meras palabras o búsqueda del "arte por el arte", sino también como forma de conocimiento. ¿SObre qué? Pues en el caso al que se refería Edu, sobre aqu´llas realidades que son ellas mismas narrativas, como es el caso de la vida humana.

    (Procuraré seguir)

    ResponderEliminar
  8. En cuanto a la presencia de causas y efectos, lo que dudo es que sea unívoca; hay muchos tipos de causas y de efectos, y reducirlas todas a una única relación mecánica y determinista me parece insensato. La complejidad de la realidad -y más de nuestra humana realidad- me parece excluir cualquier explicación determinista y lineal; no sabemos qué efectos provocarán lo que desencadenamos, aunque sepamos que desencadenará algún efcto. En los asuntos humanos no hay causas y efectos claros, entre otras cosas poruqe los hechos, para ser significativos, han de insertarse en tramas narrativas que pueden transfigurar enormemente su aparecer. En esto estoy de acuerdo con Edu; no obstante -y en esto no estoy de acuerdo con él- el que los hechos hayan de integrarse en urdimbres narrativas no equivale a que no existan o no sean imnportantes, ya que, siguiendo la argumentación, sin hechos tampoco hay narración posible.

    ResponderEliminar
  9. Borja, un inciso nada más.

    Me ha llamado la atención el uso que hace de los términos de “trama”y “urdimbre”. Da la casualidad que estoy leyendo un ensayo de José Luís Pardo y también los utiliza, pero no como sinónimos. El habla de “trama” para referirse a los discursos narrativos de los que habláis tú y Edu, pero reserva la metáfora de la “urdimbre” para hacer referencia al desarrollo técnico de una sociedad. No voy a entrar en detalles pero la distinción le da mucho juego. Pude haber “urdimbre” sin “trama” o la “trama” puede exigir una nueva “urdimbre”. Por ejemplo: la imprenta crea una urdimbre que exige una nueva trama; el psicoanálisis y el marxismo son las principales “tramas” de la modernidad, la 1ª Guerra mundial produce un cambio de urdimbre que no puede ser contado porque aún no existe la trama apropiada etc.

    Saludos

    ResponderEliminar
  10. Voy a extenderme un poco más en el último ejemplo.

    Los supervivientes de la Gran Guerra se sintieron absolutamente incomprendidos por sus coetáneos – otro tanto pasó con los supervivientes del holocausto-. Literalmente se puede decir aquello de que “no hay palabras” para describir lo que vivieron porque las “tramas” que se usaban para la narración, de corte romántico, eran incapaces de mostrar el absurdo de una guerra sin heroicidad alguna: el enemigo estaba fuera del alcance, los días una sucesión absurda de muerte, barro, bombas, sangre, suciedad, humedad, espera y…más muerte. Los supervivientes no tenían la impresión de haber luchado por su patria, la sensación de hastío e incomprensión se les hizo insoportable porque no podían comunicarse, no había una trama donde insertar sus experiencias… y lo que no puede contarse es como si no hubiera existido.

    ResponderEliminar
  11. RORTY, ESTADOS DE ALARMA Y MILITARIZACIÓN
    Todos estamos ya contentos, embarcados y camino de nuestros merecidos destinos vacacionales. Los Ministros correspondientes han redactado el discurso que nos llena de satisfacción: Los controladores aéreos, seres infames, habían secuestrado a España toda, por lo que tuvieron que militarizar el espacio aéreo y decretar el estado de alarma (¿en toda España?, ¿sólo en los aeropuertos?, ¿en las ciudades con aeropuertos?, ¿dónde?).
    Los noticiarios lo explican: el estado de alarma ha permitido suspender ciertos derechos fundamentales de los controladores como el derecho a huelga y, entre otros, al de ser asistidos por abogados y seguir bajo la única jurisdicción legal en España válida para civiles, que es la única y en nada tiene que ver con la sangrante jurisdicción militar.
    Primero: El Estado de Alarma es el único de los Estados especiales que no conlleva suspensión de ningún derecho.
    Segundo: La militarización no es una consecuencia de un Estado de Alarma, sino algo distinto y sin ninguna conexión con este estado excepcional.
    Tercero: El Estado de Alarma es una excusa para tapar la verdadera acción gubernamental, que es la militarización de un colectivo profesional para desasistirles de sus derechos y poder presionarles y coaccionarle mediante la jurisdicción militar.
    Cuarto: Esto no lo rebate, por ahora, ni la oposición, que acepta el discurso en su esencia y se centra a especular responsabilidades en la periferia.
    Conclusión: Los políticos ya saben qué clase de sociedad gobiernan. Seres infantilizados que se contentan con el discurso más agradable mientras no le quiten el caramelo.
    Por este camino sólo se llega a un destino…, que ya hemos olvidado…

    ResponderEliminar
  12. Antes que nada y en atención a las urgencias del momento, quiero sumarme (continuando lo que he estado diciendo en Facebook para quien lo quiera ver, e indirecta y genéricamente en mi blog al hablar de "1984")a la advertencia que Javier hace en el comentario precedente.

    El hecho más grave es el "Plan" de la camarilla gubernamental puesto en marcha con eje en la contradictoria situación de los controladores, un Plan que merece el epíteto de "napoléonico" más que "maquiavélico" (y pido perdón a Maquiavelo). La situación creada por decisiones sucesivas de la empresa y el gobierno de turno desde un inicio son las uqe han determinado la situación actual en ese campo, y en lugar de asumir la responsabilidad seria (¿existe esto ya en política?) de corregirla, lo que se ha hecho es abundar en su tensionamiento y maniobrar hasta sacarle todo el provecho político posible (lo que no ha terminado aún gracias a la imaginación "tramposa" -que no "maquiavélica"- de la mencionada camarilla-, como se puede ver en la reciente "denuncia gubernamental" de "complot conjunto" entre controladores y opocisión!). La cantidad de "blancos" a los que se apunta con el Plan es típicamente fascista:
    a) avanzar en medidas de excepción acostumbrando a la gente a verlas como "medidas salvadoras" (¿aplicables a qué más cosas?) que se harían "necesarias". El Superministro ya lo dijo: "Se trata de una buena lección para todos... ¡Los pulsos al Estado se pierden!"
    ¡Esta "pedagogía" es la que me parece el peligro mayor y lo más grave! ¡Y vuelven a verse en la población esos sentimientos favorables a la tiranía, propios de la masa; lo que no será modificable nunca, y que si se frena es gracias a la propia atomización y fragmentación en la "cúspide" o la acción de los que están en competencia eficaz disputándose el poder...
    b) se re-fragmenta a la población, enfrentando a 5.000.000 de parados que no pueden viajar ni mucho menos (a los que el gobierno ha reducido otra vez su sustento precario... ya veremos si pronto algo más) contra los 400.000 que podían gastarse en vacaciones, a los que ganan menos (la mayoría de los asalariados) con los privilegiados (los controladores)...
    c) se tapan todas las miserias, los actos de corrupción, la gestión faraónica previa, las obligaciones que impone una privatización, etc., etc.
    d) desvío de la atención fuera del campo de la qita de subvenciones sociales típicamente socialistas (los 400 euros), del "viraje" en política económica en general (privatizaciones incluidas, reducción de impuestos a las empresas...) y, por fin, last but not least, de la política de claudicación con Marruecos y de complicidad con su gobierno dictatorial en un genocidio (también otro "viraje").
    e) se actúa con el criterio ya muchas veces practicado por esta camarilla desde que planeó la toma del poder en el partido propio y en el Estado luego: falta total de escrúpulos y desconsideración absoluta por cualesquiera que sean los "daños colaterales".

    Amigos: llevo denunciando este proceso desde 2007 cuando abrí mi primer blog y no puedo sino desesperar de la escaces de lucidez y, como bien señala Javier, la sobreabundancia de olvido.

    Esto, aunque pueda no parecerlo, se vincula estrechamente con mis preguntas de antes, que siguen sin ser contestadas. Trato esto a continuación:

    ResponderEliminar
  13. Borja: creo que en ninguna de mis intervenciones y en textos anteriores y exhaustivos hasta el agotamiento se puede desprender que yo siquiera sugiera la existencia o la defensa de "una única relación mecánica y determinista", por lo cual, entiendo que te evades demasiado burda y simplemente del debate conmigo al "reducirme" indiractamente (vergonsozamente, pues) a tamaña "insensatez". "La complejidad de la realidad -y más de nuestra humana realidad-" es algo que vengo tratando exhaustivamente así como combatiendo las simplificaciones, incluidas las que a veces se vierten en los posts de este blog, no siempre por método y a veces por simple falta de espacio apropiado para un buen desarrollo. No me enojo, pero señalo que como poco no me contestas sosteniendo "contra mis argumentos" una postura excluyente de "cualquier explicación determinista y lineal".

    Justamente: aunque "no sabemos qué efectos provocarán lo que desencadenamos", sabemos "que desencadenará algún efcto"; y esto implica UN determinismo que sin duda NO está escrito previamente NI permite una extrapolación absoutamente fiable. Y eso ya lo digo yo y con bastante detalle en otros sitios que te invito a visitar si te interesa ahondar en el asunto, es decir, ser fiel a la definición aristotélica de "filósofo" (una definición que por cierto yo cuestiono, como los hechos me demuestran día a día y por ejemplo mediante tus respuestas evasivas y silencios).

    Precisamente, matiz más, matiz menos: "los hechos, para ser significativos, han de insertarse en tramas narrativas que pueden transfigurar enormemente su aparecer."

    Y por eso debemos atender a la mecánica que rige la producción de narrativas (mitos, teorías, litereatura, arte, crítica, discursos, cultura, locura...). Y a eso van orientadas mis preguntas. Porque, básicamente y matices aparte, creo que sin una "sociología de la filosofía" y más ampliamente del "intelectual" (el "productor de narrativas por excelencia", ¡que no toda la humanidad!, ¡nunca!) no se puede dar ni un sólo paso más...
    Y ahí me quedo, nuevamente en espera de respuestas o cuestionamientos u opiniones de enjundia y pertinentes... a ver si avanzamos todos.
    Un saludo y perdón por la vehemencia, pero sé lo poco que se gana no ejerciéndola.

    Carlos.

    ResponderEliminar
  14. Carlos: perdona si no he acertado con lo que querías que te contestara. No tengo mucho tiempo y a veces no coincidimos en intereses. hay cosas que a unos fascinan y a otros dejan indiferentes, por eso al escribir tomamos de hecho el camino que más nos agrada.
    Entiendo que no te veas retratado en lo de las causas lineales, pero eso había creído entender. Tomo nota. De todos modos, quizás ciertas expresiones que utilizas pueden empujar al equívoco; por ejemplo, en tu último comentario dices "debemos atender a la mecánica que rige la producción de narrativas..." Esto hace pensar en un mecanicismo de causas lineales, y quizás es la terminología lo que despista.

    Óscar: pensándolo bien, tienes razón, me parece que la distinción entre "trama" y "urdimbre" viene al caso, aunque me gustaría poder explicitarla más y hacerla más clara.

    Un nsaludo

    ResponderEliminar
  15. Bien, Borja, lo entiendo y me alegro de que tomes nota. Quizás "mecánica" no sea la mejor palabra, pero no deja de comprenderse en el contexto. Una mecánica es para mí un conjunto de actos interrelacionados y de diverso peso presentes en el "funcionamiento" de un "ente" bien circunscrito -circunscrito por el análisis o "demarcado" y convertido en "objeto" del estudio dado-, y no hay por qué asociarla a la existencia de un "diseño" previo que la habría "determinado". Las "mecánicas" en el sentido que le doy al término, se "crean" a partir de las previamente presentes con las que no puedes negar que haya un vínculo estrecho (a veces perturbado o influido o afectado, etc., por "un hecho externo" que no formaba parte de ese "mecánica" sino de "otra" y quesuele ser atribuido a lo metafísico, sea esto Dios o el Azar.) De no ser así, no podrían existir las narrativas ni les exigiríamos coherencia. Todo sería capricho y resultados imprevisibles ("absolutamente imprevisibles", es decir, no acertaríamos en nada ni podríamos actuar...). Además: eso sólo lleva a sustituir un absoluto por otro, una incondicionalidad pr otra... sin que se avance ni un sólo paso. ¿En qué hay o no que avanzar un paso, por qué, etc.?, pues justamente esto es lo que está delante, lo que antecede en cierto sentido esa pretención nuestra, ese deseo de elucidar (y también de engañar, engatuzar, etc.), y eso que "antecede" a ello no es sino nuestra idiosincrasia (algo sin duda heredado, producto evolutivo-adaptativo, sometido a su vez a efectos diersos, etc., pero REAL y REFERENCIAL a la vez).
    Creo que esto contesta, en el fóndo y en síntesis, tanto a tí como a Eduardo.
    Luego me pasaré por tu nuevo post... donde seguro encuentro lo que yo creo son tus "dificultades", y de nuevo las causas que anteceden a tus fascinaciones. Pero insisto antes de nuevo: "la verdad" es un problema que sólo puede ser "leido" por nosotros, los más reflexivos, como un componente de ciertas idiosincrasias, en donde hay elementos comunes y otros diversos y hasta divergentes.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar