Aunque la filósofa judía muriera hace más de treinta años, no he podido evitar leer este pequeño fragmento sin relacionarlo con el bullir de las plazas españolas que -entre entre la algarabía sin forma o los balbuceos de quien hace mucho olvidó la sintaxis de lo público- reclama vacilante la recuperación de lo político para la polis:
Hoy es diferente. El Moratorium (manifestaciones contra la guerra de Vietnam) fue algo espléndido. Volvemos a tener esperanzas, como en la época de la campaña contra McCarthy. Pero esto es mejor, porque ha superado el sistema de partidos políticos, fundándose únicamente en el derecho constitucional que tiene el pueblo de reunirse y reclamar. Esto nos llevaría a pensar que la Constitución sigue viva y que el sistema de partidos, si bien no está muerto, es un estorbo. Además: total libertad dentro de la organización -uno podía hacer lo que quería: manifestarse en la calle o en el campus, en la iglesia o en Walll Street-. Nada de ideologías, ni de Wetanschauungen. Claramente: potestas in populo (el poder reside en el pueblo). No sé si dará resultado; espero sinceramente que las manifestaciones de noviembre se harán según lo previsto. Y también: todo el asunto fue organizado por la nueva generación, que a partir de ahora tal vez actúe con autonomía, se deshaga de los "extremistas" y su retórica hueca, y acaso redescubra la república, la cosa pública.
Carta a Mary McCarthy, 17 de octubre de 1969
Espléndido texto Borja.
ResponderEliminarInteresante, y estoy de acuerdo en el fondo con lo que quieres decir. Ahora bien, el textito de la Arendt plantea en 1969 lo que ya es ahora pasado. Quiero decir que, quizá, lo realmente importante sería responder (tanto para 1969 como para el 2011- si es que se pueden hacer esos paralelismos, que eso está por ver... ) a la pregunta que nos plantea la filósofa:
ResponderEliminar"¿Dió resultado?"
Joaquín from Poland
Hombre ! D. Joaquín Riquelme!. Me alegro muchísimo de tu visita, aunque no te hayas movido de Polonia. ¿Cuándo vuelves, hijo pródigo?
ResponderEliminarEn cuanto al texto, no te niego que yo también soy escéptico en torno a los resultados de todo esto. Es muy probable que termine en una algarada antisistema, con sus eslóganes al uso; es probable también que el PSOE termine utilizando esto para sus fines, es decir, para marchar contra el PP... Petro puede ser que no. Lo que han mostrado estos días es que algo nuevo puede surgir, sin nadie esperarlo. Es fácil desacreditarlo como un movimiento de "perro-flautas", pero los primerios días fueron sensacionales. Yo estruve en Madrid, y en Soria he estado, y el asunto se salía de toda categotrización al uso. Era, ni más ni mewnos, la aopertura de un espacio público. Lo malo de esto es que, como tal, "no sirve para nada", y todo el mundo quiere utilizarlo para sus fines. Y seguramente lo consigan... O igual no.
Un abrazo
El llamado movimiento 15-m, muy al estilo mediático, nunca fue tal, pues ya se dejó claro desde un principio que no había más meta que la de comenzar a preguntarse sobre ciertos aspectos, no ya del 'sistema', sino de la vida en sí del español, recuperando una institución clave, el foro (la calle) como lugar en el que expresar la opinión particular de cada ciudadano y generar con el debate una verdadera opinión pública, alejada de los ya inservibles mass media (o actuales moderadores de las corrientes de opinión).
ResponderEliminar¿Y de qué se hablaba? Pues de todo. Es cierto que las reivincaciones fundamentales, de todas las que se enunciaron, eran dos, y ya estaban prefijadas en la convocatoria primera (recordad que todo comenzó como una manifestación que demandaba más democracia real, frente a una democracia formal), pero porque iban directamente contra los pilares de este espejismo en el que se encuentra encarcelada el ciudadano español:
Reforma Ley Electoral: La primera reivindicación era la de regenerar la Democracia española para que dejara de estar secuestrada por un sistema partitocrático cuya deriva está desembocando en actitudes no sólo ilegales, sino estéticamente repugnantes, pidiendo unas Cortes más representativas y unos mecanismos más útiles y transparentes de vigilancia de los representantes institucionales.
Crisis Económica: La segunda reivindicación era que se pusiera freno en el orden económico a las instituciones financieras, por una cuestión tan simple como la que ha puesto al descubierto la crisis económica, que es la de su ‘blindaje institucional’ de tal manera que la banca permanece como un sector inviolable (como la Jefatura del Estado o las Cortes Generales) al que contra sus actos no se les puede exigir responsabilidad alguna, y cuyos errores de gestión al final acaban por ser liquidados por la sociedad en su conjunto, o mitigados por esta en lo absoluto.
¡Qué curioso! Nada novedoso ni revolucionario en sí; basta con ir al preámbulo de la Constitución para ver que tales demandas no son más que simples requerimientos de las bases que fundamentan nuestra convivencia, que son las de un ORDEN ECONOMICO Y SOCIAL JUSTOS, y el establecimiento de una SOCIEDAD DEMOCRÁTICA AVANZADA.
Hubo más reivindicaciones, muchas de ellas no eran más que distintos matices de las dos reivindaciones antes comentadas; otras quizás de alcance más ideológico y universal, otras muchas que podrían tener muy diversa valoración, y otras que no eran ‘entendidas’, pero que al menos eran ‘atendidas’.
¿De qué ha servido el DESPERTAR del 15-m? Pues ante todo de sacar del medio oficial la discusión política y acercarla a la ciudadanía (que ha desmostrado tener más ganas que madurez ante el debate público, cosa de la que no son culpables en absoluto).
¿Las consecuencias? El desenmascaramiento
Los medios de comunicación incumplen su mandato constucional de proporcionar información veraz a la ciudadanía; la clase política insiste en clasificar estas actuaciones como ‘movimiento’ (que acaba en cuanto desaparece la fuerza de empuje por la fricción inevitable hasta su detención) y no como expresión de la soberanía popular, siempre emergente; etc…
¿Los peligros? Creer que esa panda de melenudos son los que tienen que solucionarnos el problema. Ellos ya han actuado. Nos han abofeteado, y bien abofeteado, en la cara para que despertemos. Ahora no nos preguntemos que cuándo parará el movimiento, sino por qué demonios no nos movemos nosotros también.
Estoy en gran acuerdo contigo, Javier, y me parece muy intereasante la observación que haces, a la que yo quería referirme al hablar de "balbuceos": cuando un pueblo se ha desacostumbrado a lo político (secuestrado por los comentarios y opiniones acerca de éste o aquél miembro del gobierno, o de la oposición, etc.), lo primero que es normal que emita es un balbucear cegado todavía por el modelo de la política partidista: "solucionar el estado del mundo", presentar "programas", pedir eficacia, etc. La frase que has escrito me ha gustado: "ha demostrado tener más ganas que madurez ante el debate público".
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