Mucho está cambiando Europa y su política, por lo menos para la percepción que un gañán como yo pueda tener de estos altos asuntos. Como dicen los amigos de la capucha y la boina, “el futuro no está escrito”, pero también es verdad que los trazos que hoy se hacen legibles advierten de una nueva vuelta del tiempo.
Hasta hace poco, Europa era una especie de aparcamiento de políticos desgastados por el uso, de gestores públicos quemados por la prisa, por la cercanía que reúne la ineptitud con la corrupción o por la incomodidad que su visibilidad provocaba al aparato de los partidos. De las diferentes naciones, salían los políticos para ocupar un lugar confortable, aparentemente inútil, invisible, en las estructuras difusas de la administración de los asuntos europeos. Pero estos días, yo, que ignoro más de lo que desearía, me encuentro con que el viaje ha cambiado de dirección. Los políticos ya no son retirados al nimbo europeo, sino que ahora es Europa la que envía a los que han de hacerse cargo de los gobiernos. No me parece un cambio anecdótico. Durante años, en la penumbra de la lejanía, pacientemente, la burocracia europea ha ido engordando, alimentándose de los deshechos de la política, creciendo y fortaleciendo sus poderes y su capacidad de intervención en todo. Europa ha llegado a ser con esto una colosal oficina administrativa, una cadena extensísima e irrompible de funcionarios que han extendido su sombra por espacios cada vez más amplios de la realidad hasta devorarla toda entera. Y ha llegado el momento de la toma definitiva, la toma sin máscaras del poder. Ahora la burocracia europea toma los gobiernos nacionales y envía a los funcionarios encargados de detentar el mando, de adecuar los asuntos públicos y privados a la organización y a la necesidad de las leyes económicas. Quizás, quién sabe, vamos inaugurando la época de la burocracia explícita. La verdad, no sé cómo se llaman los nuevos gobernantes de Grecia o Italia; el griego se llama “Lucas”, lo que, en rigor, da igual. Lo crucial es que son “nadie”, extraídos del depósito disponible de la eurocracia, enviados por Europa para gestionar un país u otro. El futuro presidente de Grecia fue miembro del Banco Central Europeo; el de Italia Comisario Europeo de no sé qué. Eso es lo fundamental. Que los gobiernos ya no estarán formados por éste o aquél político, sino que será un nadie quien los dirija.
Antiguamente, las formas de gobierno se distinguían según si uno, algunos o muchos detentaban el poder. Hoy hemos dado el paso hacia el hallazgo político característico de la política moderna, que, según Hannah Arendt es el gobierno de nadie, esto es, la burocracia.
Que hay Borja:
ResponderEliminarCuriosa trasmutación y vuelta a la tecnocrácia. 27 años no han bastado para que la masa eche del poder a Don Silvio. Solo podía conseguirlo el dinero, ese avatar del poder que donde pone el ojo pone la bala. Alea jacta est, Lord mercado y su estrella de la muerte van ganado terreno. China cada vez más a la mano, al fin seremos competitivos, que tiemblen los amarillos.
Curiosa paradoja que las cunas de nuestra civilización sean el portaestandarte de lo que se avecina, en este caso, la emergente orientalización de Europa. El mercado, ese fantasma que recorre Europa nos trae la buena nueva y el mandarinato.
Papadimos y Monti vinen investidos del lúgubre prestigio que otorga la academia económica. Otra de las conquistas del mercado elevar a categoría de ciencia eso que llaman economía y que no es más que una fábrica de contables a mayor logro de la desigualdad y la amoralidad. Ayer en el senado italiano aplaudian al salvador de sus sinecuras.
Ya puede el mercado dejar los consejos de administración y adobarse en los senados y parlamentos de la nueva dictadura, no blanda precisamente.
No quiero despedirme sin hacer mención a los políticos, otros científicos, para reseñar que nada es más pernicioso para una democracia que la política que se ejerce como una profesión. Esto no tiene solución fácil. Contra lo que opina cierta izquierda, peor que los mercados es el alumbramiento de la política como profesión.
Habrá que salir a la calle y no a regalar flores a la policia y no podremos permitirnos perder el tiempo con lo de si no salian con los otros y con estos si.
En ese caso, mejor agachamos la cabeza y nos quedamos esperando el plato de lentejas.
Muy interesante Borja, de hecho estaba estos días a punto de subir algunas ideas que tu ya insinúas.
ResponderEliminar‘Preguntaste, cíclope, cuál era mi nombre glorioso
ResponderEliminarY a decírtelo voy, tú dame el regalo ofrecido:
Ese nombre es Nadie. Nadie mi padre y mi madre
me llamaron de siempre y también mis amigos’. Tal dije
y con alma cruel al momento me dio la respuesta:
‘A nadie me lo he de comer el postrero de todos,
A los otros primero; hete ahí mi regalo de huésped’
Dijo así y, vacilando, cayóse de espaldas, tendido
Quedó allá con el cuello robusto doblado y el sueño,
Al que todo se rinde, vencióle; eructando el borracho
Despió de sus fauces el vino y las carnes humanas.
Yo, a mi vez, en las brasas espesas metiendo aquel tronco,
Esperé a que tomara calor; entretanto animaba
De palabra a los míos no fuese a arredrarlos el miedo;
Y ya a punto de arder, aunque verde, la estaca de olivo,
Encendida de brillo terrible, llevéla del fuego
Hasta él. Mis amigos de pie colocáronse en torno
Y algún dios en el pecho infundiolos valor si medida;
Levantando la estaca oliveña aguzada en su punta
Se la hincaron con fuerza en el ojo. Apoyado yo arriba,
La forzaba a girar cual taladro que en manos de un hombre
Va horadando una viga de nave…
[…]
Daba voces [Polifemo] llamando a los otros cíclopes, que en torno
Por las cumbres ventosas poblaban las cuevas. Oyendo
Sus clamores llegaban de acá y acullá y apostados
Rodeaban la gruta inquiriendo qué mal le afligía:
‘¿Por qué así, Polifemo, angustiado nos das esas voces
A través de la noche inmortal y nos dejas sin sueño?
¿Te ha robado quizás algún hombre las reses? ¿O acaso
A ti mismo t está dando muerte por dolo o por fuerza?’
Desde el fondo del antro les dijo el atroz Polifemo:
‘¡Oh, queridos! No es fuerza. Nadie me mata por dolo.’
Y en aladas palabras respuesta le daban aquellos:
‘Pues si nadie te fuerza en verdad, siendo tú como eres,
Imposilbe es rehuir la dolencia que manda el gran Zeus,
Pero invoca en tu ayuda al Señor Poseidón, nuestro Padre.’
Tal diciendo se iban y yo me reí en mis adentros
Del engaño del nombre y el plan bien urdido. […]
Felicito a Javier por su entrada.
ResponderEliminarDa pie a mi comentario.
La entrada es de una tibieza conmovedora. Se puede mirar para otro lado y pensar que no nos toca pero lo pensamos.
El gobierno de nadie. Esto es más viejo que la chelito. Como dice Edu, algo pendiente, pendiente de que.
Menos insinuar o lo llevamos claro.
O nos quedamos en la filosofía y los sofas.
No creo que haya que volver coninuamente al ser ni a las gilipolleces de Hegel que tan bien destripa Schopenhauer para ver que nos jugamos bastante más que una disquisición filosofica.
No se que haría Hannah Arendt, solo se que lo que dijo forma parte de mi aprender pero está muerta.
Que hacer, esa es la cuestión.
Hay que ir a la calle.
Feacios tiene que tirarse al monte.
La batalla esta perdida pero no intentarlo es un deshonor.
Por cierto en la linea de lo que ayer decia Slavoj Zizek, ya lo he dicho muchas veces: " Todo lo que digamos ahora nos lo podrán quitar -( por cierto muy agónico-homérico-peces-enigma )- (recuperar); todo menos nuestro silencio, este rechazo al diálogo, a los abrazos, es nuestro " terrorismo ", tan amenazador y siniestro como debe ser. "
ResponderEliminarGracias a los dos por vuestros comentarios. EL texto traído por javi es, evidentemente, tremendanmente relevante. Como bien dice Settembrini, lo del gobierno de "nadie" es muy antiguo, y yo no pretendo ser original, sino señalar algo que ocurre.
ResponderEliminarPor otro lado, creo que la victoria del PP no tiene por qué ser tan catastrófica, como si marcara un corte abismal con el supuesto gobierno de "la izquierda". No creo que el PP vaya mucho más allá de lo que hizo el PSOE. ¿QUé hacer? Ésa es la célebre pregunta que lanzó Lenin, e hizo la revolución rusa....
El gobierno del cambio. Ni habrá gobierno, ni habrá cambio. No habrá gobierno porque el gobierno son las autoridades que dirigen, controlan y administran las instituciones del Estado; y lo que vienen son gestores de una institución más alta que las que aquí se acostumbran. Ni habrá cambio, ni se le espera, porque no se trata de poner freno institcucional a la lógica del mercado financiero, sino de que nos nos saquen de la partida del Monopoli para que nos sigan prestando un dinero que ni tenemos ni sabemos cómo ganarlo. No se trata de cambiar, sino de apretarnos el cinturón para que nos reduzcan la prima de riesgo la próxima vez que pasemos por la casilla de SALIDA.
ResponderEliminarDa igual, esto es el gobierno del cambio.
Y yo, tonto de mi, voy y me compro para estas navidades el clásico RISK, pero claro, cómo me iba a resistir si lo habían rebajado a 19’95, cuando los últimos años no bajaba de 45 euros. ¡Qué va! El MONOPOLI….
Madre, yo al oro me humillo,
ResponderEliminarÉl es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado
Anda continuo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
Hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Nace en las Indias honrado,
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España,
Y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Son sus padres principales,
Y es de nobles descendiente,
Porque en las venas de Oriente
Todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
¿A quién no le maravilla
Ver en su gloria, sin tasa,
Que es lo más ruin de su casa
Doña Blanca de Castilla?
Mas pues que su fuerza humilla
Al cobarde y al guerrero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Es tanta su majestad,
Aunque son sus duelos hartos,
Que aun con estar hecho cuartos
No pierde su calidad.
Pero pues da autoridad
Al gañán y al jornalero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Más valen en cualquier tierra
(Mirad si es harto sagaz)
Sus escudos en la paz
Que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
Y hace propio al forastero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Sí, Javier, hemos cambiado la épica del "Risk" por la prosaica maquinaria del "Monopoly"....
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