El otro día escuché en la radio, en el programa de Ondacero "La brújula de la economía" una interesante reflexión que pienso es apta para el debate entre los feacios. Transcribo* aquí la argumentación del economista Carlos Rodriguez Braun:
“Se me ocurre una hipótesis: juntar dos ideas de las que se habla mucho pero que se las mantiene separadas. Una es la importancia política del Euro, y otra la debilidad del Euro por ser una moneda sin estado.
Es verdad que el euro es importante para los políticos. Quizá no ponderamos hasta qué punto es importante. Un colapso del Euro sería un enorme daño para los políticos europeos . Y no estoy hablando del colapso de Grecia, que también, pero el colapso del euro, el famoso efecto contagio y la caída de la moneda, es decir, el gran “despiporre” tiene un enorme coste político. Y esto hay que recordarlo: las monedas son fenómenos políticos. Fueron creadas por los mercados, los mercaderes y las personas libres, pero desde hace muchísimo tiempo fueron usurpadas por el poder político, que las controla, las domina y hace lo que quiera con ellas. El problema es que esto [el euro] es la gran apuesta de la política europea. Como es muy importante para los políticos, harán cualquier cosa para mantenerlo.
Ahora vamos al punto dos. Estamos oyendo a economistas muy destacados, de las tendencias más variopintas, alegar que hay un defecto de fondo en el Euro, y es que es una moneda, con su banco central, con su curso forzoso, pero que no tiene un Estado. Tiene una cosa que se llama “Europa”. Esto es compartido desde Krugman, que lo sostiene todo el tiempo, hasta un economista liberal que se llama Gerald o'driscoll, que presentaba un argumento prácticamente idéntico al de Krugman: el euro no puede subsistir porque no tiene un estado.
Si estas dos hipótesis son verdaderas ¿por qué no las juntamos? ¿por qué si el Euro no tiene un estado y los políticos están haciendo cualquier cosa para mantenerlo, no pensar que igual van y hacen ese Estado? Si os fijáis, eso es lo que los políticos europeos han estado haciendo durante décadas. La Unión Europea nació como un mercado y punto; se llamaba así, “Mercado Común Europeo”. Y los políticos dejaron atrás esta idea, con la idea de ir construyendo una cosa distinta, que no fuera una unión económica, que no fuera un mercado común, sino que fuera un proyecto político. El euro es una parte esencial de este proyecto. Como lo fue la Constitución europea, que era tan importante para los políticos europeos, que cuando fracasó porque los pueblos europeos no la aceptaron, la colaron igual mediante el Tratado de Lisboa.
Yo recuerdo que cuando empezaron estos movimientos se hablaba de que tenemos que impedir la Europa de los mercaderes; ya no se habla más porque ya no es la Europa de los mercaderes, es la Europa de los políticos. Se decía: “bueno, tampoco pasa nada con Europa, porque es una cosa muy pequeñita, tienen un porcentaje muy pequeño del PIB europeo, no pueden cobrar impuestos, viven de cuotas, todo es como muy chiquitito”, y me acuerdo de que Anthony de Jasay, un economista al que yo admiro mucho, dijo: “esta gente me hace recordar a las personas que mirando un renacuajo dicen que esto no puede convertirse en un sapo”. Pues bien, los renacuajos se convierten en sapos y los políticos construyen Estados.
Perdonen ustedes por interrumpir de esta manera, pero no he podido evitarlo: http://www.youtube.com/watch?v=ur5fGSBsfq8&feature=youtu.be
ResponderEliminarSubtitulado: http://www.youtube.com/watch?v=i8ov2oNbkvo
ResponderEliminarEs un clásico este partido Ashep!
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